martes, 10 de junio de 2008

Y así es como me enfermo:
viendo al alma alimentarse de otras bocas
y estremecerse con mis nuevas y mejores agonías;
hurgando en los bolsillos de tu historia...

Así es como evito -y me invito a-
involucrarme en esas ganas de morir entre tus sienes,
en mi sangre que nos bebe su condena,
en esa fuerza que me arranca de las sábanas
para sacudir mis certezas cada vez que me hablas
y en mí pretendes celebrar.