lunes, 2 de junio de 2008

Aún respiro y no consigo que me abrace en resistencias.
Aún no duermo y me entierro en cada beso
que inclina con despecho hacia mi vientre.
Hoy no miento... y aún presiento
que no puedo concluirme sin saberme despiadada en sus placeres.
Allá donde yo era tiempo,
donde no me conocía y
aprendí a usar los dedos para abismarnos y desaparecer.