lunes, 14 de enero de 2008

De rodillas he pedido al deseo,
Que me deje morir en el complot de tus caricias,
en la complicidad de los sonidos
con los que cada noche alucina esta habitación.
en las historias de tu pecho,
entre lagunas de placer,
contra la pared,
hacia tu frente.
Sin rendirme, lo he pedido.
Con los dientes, lo he ofrecido.
Necesito quererte.

¡Fuerza que me obliga a sentirla de rodillas...
desnuda mi nombre una tarde cualquiera!
Luego intentaré llevarlo a mi sonrisa.