Cansada de la bruma,
de la piel inerte de las certezas
aguardo lecciones de olvido
para desaparecer.
Solo la furia contiene las alas
de los frágiles caminos de mi parecer.
Me sublimo en lo infinito,
me hundo para no volver.
No es más que un puñado de oficios
el abismarse y dejar de ser.
lunes, 14 de enero de 2008
Publicado por Maru Bourne en 21:39 |
Deseo de liturgias cotidianas,
ha hecho de mi vida un fiel camino a la piel,
y lo que ha querido conmigo.
Abismo en el vértigo,
desplaza sus caricias a mi refugio inmortal.
Publicado por Maru Bourne en 21:29 |
De rodillas he pedido al deseo,
Que me deje morir en el complot de tus caricias,
en la complicidad de los sonidos
con los que cada noche alucina esta habitación.
en las historias de tu pecho,
entre lagunas de placer,
contra la pared,
hacia tu frente.
Sin rendirme, lo he pedido.
Con los dientes, lo he ofrecido.
Necesito quererte.
¡Fuerza que me obliga a sentirla de rodillas...
desnuda mi nombre una tarde cualquiera!
Luego intentaré llevarlo a mi sonrisa.
Publicado por Maru Bourne en 21:27 |
martes, 8 de enero de 2008
La muñeca respira a escondidas,
rota.
Imitando desgastada a la memoria,
recurriendo a los excesos de la luz.
Cae la noche y se fascina toda.
No controla.
Se devora infinita.
Sigue el curso de la piel hasta la cruz.
La muñeca nunca afirma ni tampoco se incomoda.
Prefiere ahogar su alma entre los espejos.
Dilatada angustia…
Después de haber vivido,
un poco de éxtasis
suele consumirla,
y a estas horas,
se dispone infinita a no preguntar.
Publicado por Maru Bourne en 13:23 |
Ella desata en mi garganta contracciones del verbo profundo,
sutiles espamos de inocencia y una vida más febril.
Desarma con silencio mis encantos.
Arrebata con su vida mi placer.
A través de la ciudad, la esperada muerte
la sacude intensa en mi fatiga
cuando su piel concentra la amenaza en
el perfume natural de mis caderas.
Me regocijo en el instante del vértigo.
En incontinencia, la pronuncio.
Acaricio su gravedad.
Desplazamos nuestra furia elemental
al abismo que no cuenta,
a la carne que no rechaza,
a la lógica que no persigue;
y vive de mi cuerpo en humedad.
Publicado por Maru Bourne en 10:46 |