sábado, 15 de marzo de 2008

Cuando haya tiempo...
Te arrimaré al silencio y
buscaré ahogarte en mis fronteras,
en el refugio de la mente,
al compás de la memoria.
Cuando haya luz...
Y vuelva la calma a la boca,
el temblor los dientes,
y un nuevo domingo para celebrar.
Cuando quiebre el miedo
y el sutil instante del no tiempo,
de la no palabra y del adiós.
Con tus vacíos,
con mis ganas...
Cuando haya tiempo,
cuando exista luz.