miércoles, 29 de agosto de 2007
martes, 21 de agosto de 2007
viernes, 17 de agosto de 2007
sábado, 11 de agosto de 2007
Y saltó salvajemente de la cama, con un look enrarecido y sonrisa de cartón.
-¡Quieta!
Sin duda, nació para ser libre… y confiscada a mi laberinto cotidiano.
Turbia y audaz, ahora me mira desde el rincón, anhelando no sé qué cosas que yo jamás le podré ofrecer.
Fue en esa esquina donde mis ojos la tomaron por primera vez y acariciaron, entre retazos de luz, aquel talento para envolver que me hizo tan feliz durante los primeros años.
Cínica manera de combatir. Rabia. Destreza. Y un orgullo atrapado en las sábanas de la memoria.
Me gustaría esperar menos de ella. Que me engañara un poco más para no desvanecer. Pero su ligereza de piernas me descubre un nudo intacto, casi cósmico, con el que simpaticé desde su llegada.
Su locura femenina destapa mis garras, su parálisis explotadora me conmueve y me lleva a resaltar sus lúcidos trastornos de simpleza y humildad. ¡Cómo quise hacerla feliz desde lo que no poseo!, pero su manera de satanizar mi vida, me desgarró.
Hoy su instinto celebra mi devoción y su fragilidad. Mi arte criminal ajusta las cadenas para enrollarla con certezas a mi cintura. Hoy la Diablesa se queda porque así lo he querido. Porque así me lo ha enseñado.
Publicado por Maru Bourne en 12:27 |
jueves, 9 de agosto de 2007
Día cero
Estoy serena.
Henry se ha ido y la distancia solo hace que me entregue
más a su presencia, como órgano extenso, como droga brutal.
Lo disfruto y, aunque no lo sienta, sé que él también lo hace.
Le entregué poder. Me sometí. Exigí. Contemplé.
Henry es la prueba suma de que puedo amar lo mundano, a pesar de mi consistencia etérea y mi fugacidad.
A Henry le debo placer y es mi dicha verlo complacido.
Pero a Henry también le he mentido. No ha sido casualidad. El amor que creo sentir no fue accidental. Yo lo propicié. Yo lo permití. Aun sabiendo que tengo poder para contener.
Mi sangre no pretende lo contrario. Lo quiero porque me da la gana, hasta que el olvido me mate o las ansias me condenen.
Publicado por Maru Bourne en 11:14 |
Es mi incontinencia de amar la que me mantiene
incólume en mis actos.
Y tú, tan oclusivo, tan trascendental…
¿Me podrías compartir?
Publicado por Maru Bourne en 11:10 |
¡Dios, por qué me entrego a quienes son incapaces de amar!
Su mezquindad perfora mi razón.
El corazón está acabado.
Publicado por Maru Bourne en 11:10 |
Si no tuviera sentimientos, sería mucho más humana,
ahora, en destrucción.
Publicado por Maru Bourne en 11:09 |
Me bajé de la cama, de la liberación infinita,
para embriagarte la boca con mi única verdad:
un desasosiego.
Nunca estuve preparada para quedarme.
Publicado por Maru Bourne en 11:08 |
Evito la presión y no contengo respirar
cuando sumerges mi vida a la hora de dejarme.
Publicado por Maru Bourne en 10:13 |
martes, 7 de agosto de 2007
Henry:
"El demonio que me posee y me hace ejercer poder, que me empuja a conquistar a los hombres, no me da alegría cuando destruyo".
"Lo que anhelo es únicamente la flagelación de la pasión y ser esclava de un auténtico salvaje".
¿Te pertenezco?
Anaïs
Publicado por Maru Bourne en 11:05 |
viernes, 3 de agosto de 2007
Ayer empecé a saltar y aún no encuentro piso.
Y es tan profundo este hueco de nada, que ya no siento.
No siento.
Ayer alcancé a comprar el último espacio de recuerdos que he tenido.
Y en la cuerda floja me olvidé.
Ahora sé que es verdad...
siempre has existido.
Publicado por Maru Bourne en 14:39 |
La caída me exige una locura a la salida.
Pienso y trato de reconstruirlo.
Nunca pude quererte tanto como para matarte.
Publicado por Maru Bourne en 14:32 |
jueves, 2 de agosto de 2007
Conmigo hay un daño disfrazado de muerte, porque aunque no lo quiera -y lo merezca- sigo siendo fértil en debilidades.
Publicado por Maru Bourne en 7:33 |