jueves, 3 de abril de 2008

Te regalo la vida y el alma con la que me acuesto.
Te dejo mis vendas y las mortajas de mi acontecer.
Te acaricio en mis ventajas,
te acompaño en el silencio
y te entrego siempre un día,
una idea, una sonrisa cualquiera para celebrar.
Te doy lo que no sobra y lo que me falta todavía...
y aun cuando me acerco a calmarme en tu cuerpo
repaso la dicha de que duelas tanto.