martes, 20 de noviembre de 2007

Me inclino con despecho hacia el desastre
devorándome en sutiles emociones,
impulsada por la mano del maldito
que me impuso el ser feliz.

Que no dude mi pecho en desmayarse
cuando salte de lo cruel a lo profundo.
Me acaricio ya en el borde y, al pensarte...
huyo al punto, hasta lo negro, hacia la luz.